En 1860 se organizó un concurso en Estados Unidos que consistía en ofrecer 10.000$ como premio a aquella persona que produjera un sustituto del marfil (ya que se estaban agotando las reservas) para la fabricación de bolas de billar.
El ganador fue John Hyatt, un norteamericano que añadió una sustancia semisólida cristalina proveniente de la madera del árbol Alcanforero originario de Asia llamada alcanfor, a una solución de nitrocelulosa (derivado de la celulosa).
El resultado obtenido fue patentado con el nombre de celuloide y es considerado el primer plástico de la historia. Este material contaba con las siguientes propiedades: era un material muy duro, moldeable y al que se le podían añadir colorantes sin alterar sus propias características.
El celuloide se empezó a utilizar en la fabricación de juguetes, joyería, películas de fotografía, cine, etc.
El principal problema que tenía era su alta inflamabilidad, lo que incitó y motivó a seguir investigando este nuevo descubrimiento hasta conseguir los plásticos que tenemos actualmente.
Plásticos, fibras y maderas 